viernes, 23 de noviembre de 2012

La bondad del Topo

Fábula

La bondad del Topo

Era un vida tranquila en una granja de engorda porcina con algunos animales viviendo en esa granja. Todos los días una manada de vacas pasaban todos sus días rumiando conversando entre ellas hablando mal acerca de los cerdos, quejándose del granjero y platicando entre ellas.
Todas eran muy selectas entre con quien querían hablar y con quién no.  Como casi siempre estaban muy tranquilas con un aspecto de aburrimiento, entre ellas contaban muchas cosas tramando tapar la madriguera de un topo-rata gigante porque pensaban que él era un presumido.
Este topo vivía solo con tanta soledad se deprimía, hasta que empezó a leer y buscar conocimientos hasta crear en su madriguera un especie de laboratorio con el cual el experimentaba con sustancias y productos del almacén del granjero.
El topo se llevaba bien con los cerdos, los perros, y las gallinas porque todos le pedían que les diera determinados experimentos efectivos para cada animal. Por ejemplo el perro quería estar bien fuerte con piernas marcadas y un ladrido intimidante, así el topo creo unas croquetas deliciosas para él.
Las gallinas querían poner huevos más grandes y tener las plumas más blancas que el destello de la lámpara del granjero, así el topo cada vez que el granjero les daba tortillas remojadas a las gallinas el topo al agua le ponía un liquido que hacía que esto fuera realidad.
Cada animal quería determinada característica pero las vacas se reservaban de él, pensaban que era un creído y ellas tapaban su madriguera con su estiércol causándole daños  a su hogar, dejándolo apestoso y lodoso.
Los animales se daban cuenta de lo sucedido así que decidieron platicar con las vacas pero estas se molestaban y les lazaban patadas y chorros de leche por las ubres.
Creían que no tenían remedio, todo seguía igual, la casa del topo estaba cada día tapándose más, hasta que un día las vacas se enfermaron de sus cuatro estómagos no podían producir suficiente leche para las demandas del granjero. Durante 3 días no se aliviaban el veterinario las inyectaba pero no funcionaba, el granjero se preocupó.
Las Vacas se acercaron al veterinario y escucharon que si no se mejoraban mejor que las matara para que vendiera al carnicero y así no perder dinero y traer nuevas vacas.
Con lo que escucharon las vacas se asustaron, platicaron y llegaron al extremo. Decidieron perdonarse con el topo prometiendo ya no estropear su casa a cambio de un medicamento para curar sus estómagos y salvar sus vidas.
El topo hizo un trato, investigó que tenían y descubrió que ellas comían del pasto que estaba cerca del maizal que tenia fertilizante, ese era el problema. El topo creó una medicina e hizo que se la tomaran las vacas a la puesta del sol. Se jugaban la vida si a la otra mañana no producían leche al medio día llegaría el carnicero. Las vacas cayeron un profundo sueño. Al otro días llegó el granjero pensando que no tenían remedio pero al ordeñar a las vacas se dio cuenta que ya se habían curado. Cuando se fue el granjero las vacas mugieron con gran alegría agradeciendo al topo.
Desde ese día las vacas cambiaron su moral, su ideal para su vida, no hacían menos a ningún animal, respetaron al topo y todos vivieron en armonía.
Moraleja: El creer que uno es superior a otro es no respetar, es no tener valores y mostrar a los demás un mal aspecto como persona.

Por: José Carlos Santillanes

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