La bondad del
Topo
Era un vida
tranquila en una granja de engorda porcina con algunos animales viviendo en esa
granja. Todos los días una manada de vacas pasaban todos sus días rumiando
conversando entre ellas hablando mal acerca de los cerdos, quejándose del
granjero y platicando entre ellas.
Todas eran muy
selectas entre con quien querían hablar y con quién no. Como casi siempre estaban muy tranquilas con
un aspecto de aburrimiento, entre ellas contaban muchas cosas tramando tapar la
madriguera de un topo-rata gigante porque pensaban que él era un presumido.
Este topo vivía
solo con tanta soledad se deprimía, hasta que empezó a leer y buscar
conocimientos hasta crear en su madriguera un especie de laboratorio con el
cual el experimentaba con sustancias y productos del almacén del granjero.
El topo se
llevaba bien con los cerdos, los perros, y las gallinas porque todos le pedían
que les diera determinados experimentos efectivos para cada animal. Por ejemplo
el perro quería estar bien fuerte con piernas marcadas y un ladrido intimidante,
así el topo creo unas croquetas deliciosas para él.
Las gallinas
querían poner huevos más grandes y tener las plumas más blancas que el destello
de la lámpara del granjero, así el topo cada vez que el granjero les daba
tortillas remojadas a las gallinas el topo al agua le ponía un liquido que
hacía que esto fuera realidad.
Cada animal
quería determinada característica pero las vacas se reservaban de él, pensaban
que era un creído y ellas tapaban su madriguera con su estiércol causándole
daños a su hogar, dejándolo apestoso y
lodoso.
Los animales se
daban cuenta de lo sucedido así que decidieron platicar con las vacas pero
estas se molestaban y les lazaban patadas y chorros de leche por las ubres.
Creían que no
tenían remedio, todo seguía igual, la casa del topo estaba cada día tapándose
más, hasta que un día las vacas se enfermaron de sus cuatro estómagos no podían
producir suficiente leche para las demandas del granjero. Durante 3 días no se
aliviaban el veterinario las inyectaba pero no funcionaba, el granjero se
preocupó.
Las Vacas se
acercaron al veterinario y escucharon que si no se mejoraban mejor que las
matara para que vendiera al carnicero y así no perder dinero y traer nuevas
vacas.
Con lo que
escucharon las vacas se asustaron, platicaron y llegaron al extremo. Decidieron
perdonarse con el topo prometiendo ya no estropear su casa a cambio de un
medicamento para curar sus estómagos y salvar sus vidas.
El topo hizo un
trato, investigó que tenían y descubrió que ellas comían del pasto que estaba
cerca del maizal que tenia fertilizante, ese era el problema. El topo creó una
medicina e hizo que se la tomaran las vacas a la puesta del sol. Se jugaban la
vida si a la otra mañana no producían leche al medio día llegaría el carnicero.
Las vacas cayeron un profundo sueño. Al otro días llegó el granjero pensando
que no tenían remedio pero al ordeñar a las vacas se dio cuenta que ya se
habían curado. Cuando se fue el granjero las vacas mugieron con gran alegría
agradeciendo al topo.
Desde ese día
las vacas cambiaron su moral, su ideal para su vida, no hacían menos a ningún
animal, respetaron al topo y todos vivieron en armonía.
Moraleja: El
creer que uno es superior a otro es no respetar, es no tener valores y mostrar
a los demás un mal aspecto como persona.
Por: José Carlos Santillanes
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